¡Qué alegría veros aquí!

Bienvenidos al blog del libro de Marta. En este espacio queremos informaros de todo lo que gira alrededor de este libro tan especial para nosotros. Para que podáis vivirlo tan de cerca como nosotros. También para resolver las dudas que os hayan surgido acerca de él.

Ante todo queremos agradecer la colaboración de todas las personas que lo han hecho posible, compartiendo sus cartas y, con ellas, parte de su intimidad.


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Queremos que compartas con nosotros tus sensaciones sobre el libro

83 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta mañana temprano he ido a almorzar a un bar. Ojeaba el periódico cuando un titular me ha llamado la atención. Al azar he comenzado a leerlo por la carta del viaje a Perú, pero sólo han sido unas pocas líneas porque en cuanto he leido "...pero uno de ellos, sobre todo una carta, me estremece, y lloro..." me he dado cuenta que no podría leerlo entero sin estremecerme y llorar yo también. Y si tenía que hacerlo quería hacerlo a solas.
Así lo he hecho, me he ido a casa y lo he leido con tranquilidad. Y sí,he llorado. Pero ha sido un lloro de gozo, de gratitud hacia un ser que no conocí,pero que gracias a sus palabras, a la sinceridad que desprendían, por un momento he sentido lo grande que es la vida y todo lo que cabe en ella.
Es por esto que escribo estas palabras.
Gracias Marta, familia y amigos.

martukanc dijo...

También esta mañana he leído el periódico, y me he parado porque había fotos comunes: Antofagasta (viví en Valpo un tiempo), Tulum, Perú... soy española y también me llamo marta. Tengo 31 años y he vivido en México un tiempo. Escribo mis historias viajeras en pequeñas libretas, o las historias que me gustaría que me pasaran...
Estando en México me detectaron un tumor. Allí me operaron. Y de regreso a España me encuentro con esta historia... Gracias por publicar el libro.

martukanc.blogspot.com

Anónimo dijo...

Hacía tiempo que no sentía tanta emoción... aún tengo un nudo en la garganta y los ojos llenos de lágrimas mientras escribo. Quería simplemente trasmitir a la familia y a los amigos de Marta mi admiración por esta preciosa manera de recuperar a Marta. Gracias por permitirnos a los demás conocerla. Gracias por mostrarnos lo bello de la vida.

Unknown dijo...

He comprado El Pais como todos los domingos, me encanta la sección de libros y cultura en general, y me ha dado un vuelco el corazón al pensar en Marta, sus cartas, e-mail y esas pequeñas cosas que escribimos para otros, pero sobre todo para nosotros. Mañana iré a comprar este libro, porque me gusta leer, porque me gustaría conocer más a Marta, aunque se haya ido, porque creo que las personas solo se mueren de verdad cuando nos olvidamos de ellas. Soy madre, envío mi amor a los padres y hermanos de Marta porque imagino lo muchísimo que la echarán de menos.
Playa de Agüimes, 13 de Mayo de 2007. 12:55

Anónimo dijo...

Se me presentaba una mañana de domingo con las mismas rutinas de cada día, pero todo cambio, cuando leí unas cartas, un correo de Marta. No cabe decir que la emoción invadió todo mi ser. Acebé llorando. Recorde todas aquellas cosas que también mi madre nos hubira dejado escritas antes de morir de esta incontrola enfermedad del Cáncel. Marta sigues viva y felicidades por este libro que nos has dejado !!!

Anónimo dijo...

Cuando estaba leyendo el periódico mientras desayunaba en uno de los más placenteros momentos de la semana, me encontré con dos páginas que El PAIS dedica al libro. Tengo 30 años, soy dominico y una hora después tenía que celebrar la eucaristía en una parroquia. En el momento de predicar me acordé del testimonio de Marta. Hoy el evangelio hablaba de la paz. Es esa paz de la que Marta hablaba observando a la gente de campo. Es verdad: si cultivasemos "aquellas pequeñas cosas", qué bien nos iría!!. Quiero agradecer a su padre que comparta un poco de la vida de alguien que es como nosotros, de alguien que nos ayuda a entender que lo que nos pasa no deja de ser los que le pasa a los demás. Hacen falta testimonios, sensiblidades que nos ayuden a descubrir la alegría de VIVIR, y sentir que esto merece la pena. Gracias Marta, y gracias José María por compartir un trozo de ti, JLA,OP

Anónimo dijo...

Un abrazo al padre de Marta, y a todos los miembros de su familia, amigos, novios, ex-novios, y todos los posibles ... lo que fueran.
Marta,con sus escritos reproducidos en ElPais de hoy, me ha llegado al corazón. Tambien el amor que la profesan quienes lo publican y la han cuidado.
Conocí a Jose María Perez en tiempos predemocráticos, me ayudó, me hizo una caricatura, dificil por lo escurridiza de mi personalidad, que conservo con gran estima.
Hoy, que estoy especialmente sensible, he leido las páginas del períodico que dedican a Marta. Casualmente hoy es el veinte aniversario de la muerte de mi hermano y lo sigo echando mucho de menos. Él luchó con fuerza por defender la sensatez y la cordura, una placa de reconocimiento a su labor, en las Tablas de Daimiel, hablan de su pasión por la vida.
Por lo que he leido en el períodico, Marta luchó por la sinceridad de los sentimientos, dejandonos unos escritos cargados de emociones vitales, transparentes sin maquillaje.
Marta, se llama tambien la única hija de "Dimitri", al que le rompieron el corazón los dramas de la vida y de cuya ausencia tampoco me recupero del todo, porque su sensibilidad emocional era contagiosa.
Marta, gracias por estar estos años con los que te han conocido, y por permitir a los demás conocerte a traves de tus escritos, gracias por compartir el sentido sincero y noble de la vida.
Abrazos a tu padre, madre, familia y todos los que te han disfrutado.
Celaja

Anónimo dijo...

De verdad me quedé sin palabras. Leyendo aquello que escribió Marta y que ahora, gracias a su padre, se convierte en inmortal para el resto de nosotros, sentí una gran emoción.

Gracias Marta, allá donde te encuentres observando como lo que llegaste a expresar en vida, nos alienta a todos cuando ya no estás aquí, gracias Peridis por compartir algo tan íntimo.

Mamen dijo...

Gracias a los que amaron a Marta hoy hemos podido disfrutar de una lectura hermosa.
Tengo 32 años y me he visto identificada en muchos aspectos con ella.
Seguro que Marta estará orgullosa de su familia y amigos.
Gracias de nuevo

Anónimo dijo...

Se ve que sois buena gente todos los Peridis. Os agradezco que estéis ahí y lamento que hayáis perdido una parte de vosotros.Mi reconocimiento emocionado a todos los que habéis colaborado en esa tarea de hacer el libro que ella no pudo hacer.

Anónimo dijo...

Gracias. Son las 5 de la tarde en Lanzarote. Vi la nota en El País esta mañana, pero la dejé para leer cuando tuviera "todo el tiempo del mundo". La releí, me levanté y vine a buscar el blog.
Gracias otra vez.
Qué lindo tener una amiga como Marta!
Mis hijos son pequeños, pero voy a guardar el libro como un tesoro para compartir con ellos.

Anónimo dijo...

Tengo una hija con diez años a la que ayer mismo ayudé a abrir su propio blog. Tiene afición a la lectura y buenas cualidades como escritora, aunque no encuentra el momento para hacerlo. Al leer el reportaje sobre el libro de Marta, supe que tendría que proponer la lectura a mi hija. Me estremeció pensar que sus trabajos podrían suponer el medio de mantenerla próxima y entre nosotros. Las ideas que la inspiraran podrían ser las que mantendrían su llama entre sus familias y amigos.

Creo que será una emotiva fuente de afecto y bonitos detalles para ella. La animaré a que sus comentarios se viertan en estas páginas

Anónimo dijo...

justo en enero de 2006, mi amiga rocio con 31 años y llena de vida se fué de aqui,también por una leucemia "de las curables"..tambien viajamos a perú, tambié visitó chile..y las palabras de marta son como si fueran las de ella.y empecé a leer y a llorar.de alegría y tristeza,alegría por conocer un poco más a roció a través de marta.porque el secreto de su serenidad ante lo inevitable, no era otro q el de mirar a las pequeñas cosas una a una y despacio, muy despacio.recuerdo una conversacion de sus dias de hospital y sus deseos de probar una vez más un bocadillo de chistorra..con las defensas por los suelos,pero queria eso, un bocadillo. no se lo llegó a comer.gracias, gracias por esto q habeis hecho q por primera vez en año y medio me hace entender por que rocio, y aún en esas condiciones se sentía tan afortunada.miraba las cosas pequeñas.

Anónimo dijo...

Al leer el suplemento del periódico me llamó la atención el título. "Una oda a las pequeñas cosas" contiene no sólo un mensaje de alguien joven que amaba la vida si no que también es una dosis de vitalidad para quienes lo compartimos gracias a sus padres, familiares y amigos.

Anónimo dijo...

Gracias por compartir con nosotros el regalo de la vida de Marta...por dejarnos ver dentro de una vida que es gran ejemplo de sencillez y humanidad. Dos grandes valores que escasean en el mundo en el que estamos.

Gracias Marta, por cuidar de todo lo que amabas, y amar todo lo que cuidabas y por dejar esas pistas en forma de cartas que conduciran ya para siempre hasta ti

Anónimo dijo...

Me llamo Ana, todos los domingos compro este periódico, y esta tarde cuando pude con calma leerlo, vi su foto, y recordé, eche mano de esas ideas, imágenes, pensamientos del pasado y LA RECORDÉ. Yo conocí a Marta coincidimos en el Instituto, somos de la misma edad, y cuando he leido el artículo, sus palabras, sus cartas, he visto sus fotos y a ella, el alma me ha golpeado dolorosamente el corazón al enterarme de lo ocurrido.
Recuerdo su forma de vestir, su alegría, su forma de llevar el pelo, incluso su voz aunque nuestros circulos de amigos eran distintos y esta vida solo nos cruzó fugazmente.
He decidido escribir para decir a su familia,a toda su gente que la idea del libro es maravillosa, que me ha encantado recordarla y que les envío en esta distancia mucho animo para seguir adelante, para caminar siempre con la vista hacia delante.
Gracias y un abrazo

Anónimo dijo...

Esta mañana estaba leyendo el periódico y el título "una oda a las pequeñas cosas" ha llamado mi atención. Detenidamente he leído las cartas, emails etc que se han recopilado de Marta y tengo que decir que simplemente me ha conmovido...Soy una chica de 22 años y con el relato de Marta he entendido que a veces no sabemos apreciar las pequeñas minucias que nos ofrece la vida y que tan felices nos pueden hacer.Historias como estas, son las que te hacen reflexionar y prueba de ello, son los comentarios que gente como yo hemos querido aportar. Gracias a toda la familia por compartir este libro con todos nosotros y por supuesto, gracias a Marta.

Anónimo dijo...

Sólo he leído los fragmentos del libro que se han publicado en El País de hoy. Y me han emocionado y conmocionado.Me encuentro en esa edad intermedia en la que se empieza a valorar las cosas de una manera diferente. Por eso, sabiendo lo que supone la pérdida de un ser querido, he llorado con las palabras de Marta.He llorado por ella y por todas las personas que, como ella, han tenido el privilegio de saber afrontar el final de una vida corta, aunque intensa, con un enorme valor y una gran dignidad, convirtiendo esa vida corta en una inmensidad de recuerdos, de sentimientos y de añoranzas. He pensado en el dolor de su familia y amigos. Quiero enviarles en estas palabras un signo de afecto y decirles que una buena parte de Marta se debió, sin duda, a la educación recibida, al cariño que percibió de todos ellos. Por eso, sus padres, hermanos, amigos, amores, deben sentirse orgullosos de haberla tenido cerca y de haber contribuido a la calidad humana que subyace a sus palabras. Gracias.

Anónimo dijo...

Soy una chica española que dentro de pocos días cumpliré 32 años. La lectura en El país de las palabras de Marta me han conmovido. Enhorabuena a Peridis por haber tenido una hija tan maravillosa, sensible e inteligente. Por supuesto, pienso leerme todo el libro.

Anónimo dijo...

Acabo de leer el artículo en El País sobre el libro de Marta. No sé muy bien cómo expresarlo, pero me he sentido muy cerca de ella, como si la conociera. Y acompañada, al mismo tiempo. He reconocido muchas neuras, preocupaciones, males de amores y ese rejo de tomárselo todo con humor. La vida de Marta valió mucho, aunque fuera demasiado breve. Debió ser una mujer fascinante incluso para sus padres, esos que siempre se quedan con la niña con coletas que una fue. Gracias por compartirla con todos. Gracias, de corazón

Anónimo dijo...

Para los autores de una vida, y de un testimonio vital, ambos maravillosos.

Si quicquam mutis gratum acceptumque sepulcris
accidere a nostro, Calve, dolore potest,
quo desiderio veteres renovamus amores
atque olim missas flemus amicitias,
certe non tanto mors immatura dolori est
Quintiliae, quantum gaudet amore tuo.


(Cayo Valerio Catulo, 87-54 a.C., Poemas, XCVI: Ad Gaium Licinium Calvum, en la muerte de su Quintilia).

En traducción algo libre:

"Si nuestra pena, amigo mío, pudiera arrimar algún consuelo a las silenciosas tumbas,
si éstas mismas no son insensibles a los pesares que nos recuerdan a nuestros amores más queridos,
y a las lágrimas que damos a afectos ya hace tiempo perdidos,
entonces, José María, vuestra Marta tendrá menos motivo para afligirse por su prematura muerte,
y más para alegrarse sintiendo todo vuestro amor…"

Anónimo dijo...

Hace un rato, estando mi padre y yo sentados en el sofa de casa, leyendo el periodico, mi padre, como suele hacer, me ha dicho, mira esto, apenas he empezado...me he puesto a llorar, estaba leyendo y era como un espejo en el que nunca te esperas mirar, gracias por haber hecho ese enorme esfuerzo y habernos regalado este libro.

Anónimo dijo...

no quiero llorar, porque marta esta viva en los que la quisieron y a partir de hoy esta viva en los que la hemos conocido. Llorar es impotencia y marta va a seguir viva en nosotros.
jjb

Anónimo dijo...

Queridos todos:

Acabo de llegar de Lisboa, he pasadantiguos amores o un fin de semana de amigas treintañeras, tomando mojitos, recordando y compartiendo amores actuales, hablando del paso de la vida y riéndonos de nosotras mismas. En Lisboa no hay kioskos, y hoy he pasado el día muy nerviosa pensando que El País estaba circulando por ahí con las palabras de Marta en él. Iba preguntado de esquina en esquina, en cualquier tenderete en el que pudieran vender prensa, pero nada... ¡¡¡Socorrro!!! ¿¿¿ES QUE NADIE LEE PERIÓDICOS EN ESTE PAÍS?????
Por fin, a las 17:30 he cogido el vuelo, pensando, a ver si en Iberia se estiran y reparten periódicos en la clase Turista. Ansiosa, cuando me dirígia a mi asiento por el pasillo, que estaba al final del avión, me he encontrado de frente con una chica de mi edad, que leía El País, y nada más rebasarla me di la vuelta, para ver qué leía... y me he encontrado de bruces con la foto de Marta... Ha sido de película. ¡¡¡¡¡¡Precisamente esas páginas!!!!! Me he puesto a llorar de la impresión camino de mi asiento y uno de los azafatos ha venido a ver si necesitaba algo. Pensaría que me daba miedo el vuelo. Le he dicho que por favor, me trajera un ejemplar de El País, que salía "una cosa que he he hecho yo", "¿Ah sí? ¿Un artículo cañero?" Me decía, bromeando. "No, no, es un libro, es un libro, es un libro de una amiga"... no me apetecía dar más explicaciones. Al fin, me lo ha traído... ¡¡¡pero en los ejemplares que reparten en el avión no estaban las páginas del domingo!!!! Ya casi íbamos a despegar, pero el azafato me ha dejado levantarme "rapidito" para pedirle el periódico a esa afortunada chica morena que tenía a Marta entre sus manos: "¿por favor, puedes dejarme tu periódico? Es que sale una amiga mía"... "Llévatelo", me ha dicho "lo acabo de leer"...

Confieso que me ha resultado extraño leer las cartas desgajadas, fuera del contexto de nuestros mails de ida y vuelta y los mil bocetos mil veces corregidos y retocados. Es como si se alejara y hubiese adquirido otra dimensión. Pero veo el resultado de nuestro esfuerzo y me parece increíble.

Pero ahí no acababa todo, cuendo he llegado a casa me he encontrado con ¡¡¡¡quince comentarios!!!! de lectores anónimos en nuestro blog, lectores de muchas partes del mundo, como siempre, con una respuesta unánime y universal hacia las palabras de Marta. Un rato después hay más comentarios, y leyendo uno tras otro compruebo que Marta lo ha conseguido. Ha conseguido cumplir su sueño, compartido con nosotros: hacer que el mundo sea un lugar mejor.

Un abrazo gordo, amiga del alma. Un abrazo a los demás por quererla.

Anónimo dijo...

Las Sandalias de Marta. Cogelas, introduce tus pies y camina. Su huella no la borrará la distancia, la lejanía, el tiempo. Es pétrea, eterna. Soportan millones de pies amontonados. Son su esencia.

xaro,valencia dijo...

Tengo un hijo de 16 meses que ahora veo dormir placidamente en su cuna.No puedo parar de llorar pensando en el ,viendo su sueño y recordando la carta escrita por Marta a "PaMa".Agradezco a los familiares de Marta y ante todo a sus padres la superacion del dolor para poder recopilar sus cartas y ofrecernoslas.La muerte de un hijo debe ser algo tan debastador,tan hiriente,tan injusto y tan increiblemente doloroso;que me parece admirable que unos padres ,junto con el resto de los miembros de su familia,hagan nacer un libro ,de los recuerdos de un ser al que, un dia ,tambien dieron vida.Marta debio ser alguien profundamente generoso,enhorabuena a su familia y amigos por los 32 años que os permitio la vida tenerla junto a vosotros.Por otra parte soy una mujer de 36 años y se lo dificil que es luchar en el mundo que nos ha tocado vivir a las mujeres de nuestro tiempo y las peripecias de lo que es ser una "mujer de hoy".Admiro vuestra demostracion de amor hacia Marta haciendo de sus escritos un libro que parece estar plagado de emotividad y sencillez y me alegra que hayais decidido compartirlo con todos aquellos que no tuvimos la fortuna de conocerla.Gracias a todos por dejar que los demas disfrutemos de su sensibilidad.Gracias por compartirla y dejar que entre en nuestras vidas.Siento que la enfermedad no os permita verla fisicamente pero pienso que las personas como ella ,de algun modo se quedan junto a sus seres queridos ,aunque ella pensara que los que se van no se quedan contigo... no creo que se haya ido del todo ,sobre todo, porque creo que sus familiares asi lo habeis querido,inundandonos con sus escritos,incluso a aquellos que no la conocimos en vida .Vuelvo a dar las gracias por vuestra generosidad una vez mas.Animo.Besos

Anónimo dijo...

He leido la página de ayer del Pais y me he emocionado. Yo estoy viviendo una circunstancia muy parecida, la muerte de mi hijo en un momento de su vida en que iba a entregar a la sociedad lo mejor de si mismo. Falleció en el terrible suceso de la galeria de Los Silos, en Tenerife, el 10 de febrero pasado.Tambien tiene un blog en su memoria y yo pienso que los escritos que en él figuran demuestran que sigue viviendo en el corazón de todos los que le conocieron.
Lo mismo pienso de ti, Marta.
Marta, busco consuelo en tu página, el mismo que encuentro en la de mi hijo, a la que se puede acceder de esta manera: juanlu-medina.blogspot.com.

MJGarrido dijo...

No se por donde empezar, seguro que Marta lo tendría claro, "empieza por el principio".
La primera vez que uno es padre se produce una reestructuración mental, positiva. Las cosas se ordenan por su "verdadera importancia" y no hay nada más verdadero que el amor. El amor de padre a hija, el amor de amigo a amiga (no quiero usar ningún eufemismo). Cuando me enteré que Marta estaba en el hospital quise condensar en pocas líneas los años que dejamos pasar y llegué tarde. Eso no se puede cambiar, pero si puedo mirar hacia adelante, meter tres piedras mi bolsillo y darle un besazo a Marta, cada vez que relea su libro.
Muchas gracias a todos.

tolyo dijo...

Recordaré este domingo como el domingo de marta. No la conocí pero me hubiera gustado conocerla. La belleza de la sencillez.

carmen dijo...

Es bastante generoso de parte de Marta y su familia y amigos compartir las cartas, fotos, emails de Marta. Leí esto ayer en el periódico y me pareció realmente grande y precioso en su sencillez.
Pasamos tan rápido por encima de las cosas que a veces se nos olvida disfrutar de las piedras.
Gracias otra vez, es tan bonito que nos dejéis ser amigos de Marta...

Anónimo dijo...

Simpemente maravilloso, vital y entrañable, me ha emocionado

Anónimo dijo...

Me he sentido reflejada en esa carta en la que Marta explica que no reconoce a su tío Jesús en el velatorio. Yo también enterré a uno de mis tíos el año pasado, a una edad temprana, una muerte injusta, como también lo fue la de Marta. ¿Qué tremenda verdad! "Alguien se muere y se va de ti, para eso no hay resignación que valga..."
Me ha emocionado profundamente leer estos retazos del libro de Marta, y me gustaría decir a toda su familia y amigos, a todos los que la quisieron y aún la quieren que admiro y agradezco el gesto de compartir algo tan íntimo, desgarrador y doloroso con todos nosotros, seres anónimos que hoy hemos llorado al leer estas dos páginas de "El País".
Tengo 36 años, y muchos amigos, familiares y conocidos de la edad que tenía Marta cuando se fue. Creemos que a nuestra edad somos invencibles, tenemos toda la vida por delante, y muchas veces, nos ciega la ambición, el ascender social y laboralmente, y por el camino nos vamos dejando esos pequeños momentos, esos insignificantes detalles que, lamentablemente, sólo echaremos de menos cuando la vida nos ponga una dura prueba por delante.
Marta, donde quiera que estés, gracias. Leeré tu libro.
Gracias también a la familia Pérez Martín y amigos. Vaya para ellos todo mi cariño.

Anónimo dijo...

No conocí personalmente a Marta, sí a María y a su padre, diseñando webs hace ya algunos años... Ayer al igual que al enterarme de su muerte se me encogió el corazón, la diferencia es que esta vez sí puedo hacerles llegar mi cariño desde estas líneas. Un beso grande, Nur

Anónimo dijo...

Esta mañana cunado he visto en la portada del suplemento del domingo del País "una oda a las pequeñas cosas..." He ido a leerlo directamente, las dos páginas, y he quedado fascinado de las cosas que dice y de la forma que las dice. Tienen tanta fuerza las cosas pequeñas, a las que casi nunca damos importancia y en ellas está gran parte de la esencia de esta vida, de sus momentos buenos y a veces malos. ¿Por qué no las apreciamos diariamente? Quizás tengamos poco tiempo para cosas menores... Pero es menor una charla con los amigos... O un paseo tranquilo... O escuchar, escuchar,escuchar... Ha sido un acierto por parte de su familia esta recopilación porque por lo menos ha conseguido que muchas personas nos sintamos identificadas y emocionadas con una vida contada de forma sencilla y sincera.
Gracias

Anónimo dijo...

Querida Marta
Que forma más bonita de dejar este mundo.
Fuiste un ser maravilloso, sin duda, aunque no te conozca, y donde estés nos dejas tu esencia, para aprender a ver lo pequeño y maravilloso que aun nos queda, aunque no estés tu.

Anónimo dijo...

No entiendo porqué el administrador ha suprimido un comentario, cuando todos, sin excepción, son dignos de perdurar por los sentimientos tan nobles que atesoran.

Anónimo dijo...

Es inevitable no emocionarme con el relato de Marta, su serenidad, su ejemplo, está lleno de sinceridad y de amor.
Conocí, lamentablemente, a Marta en uno de sus primeros ingresos en el hospital, soy enfermera. Tuve una pequeña charla con ella, su juventud, su vitalidad, me llamaron mucho la atención y me conmovieron. Fue uno de esos días en los que te vas a casa con el "click" conectado, y permaneces en alerta días posteriores...la humanidad que conlleva mi profesión para mí supone un ejemplo de vida.
Quiero expresar mi mayor gratitud a todos los que queréis a Marta por haber hecho posible que esta maravilla llegue a nosotros y nos hayáis hecho partícipes de su vida. Su lección es "una oda a las pequeñas cosas" de la que el resto que continuamos el camino deberíamos hacer una celebración cada día.
Mónica

Anónimo dijo...

sólo quiero dar gracias a marta por habernos dejado ir así, cogidos de su cálida mano, a conocer sus playas, sus viajes y sus pequeñas historias y pensamientos. espero poder reposar su mirada mucho tiempo.

Anónimo dijo...

Me llamo la atención la fotografía en el mar de Antofagasta y comence a leer,no pude terminar.Hoy lo he retomado y estoy conmocionada,me ha hecho despertar.Os felicito por este trabajo tan maravillo.Gracias Marta.

Anónimo dijo...

Por un error he borrado el comentario de Marga Castillo que daba las gracias a tampere por darnos a conocer el blog de Juanlu Medina . Mil perdones.

Anónimo dijo...

Nunca en mi vida habia agradecido una disculpa como ahora hago ante el comentario que antecede. De todo corazón, muchas gracias.

Anónimo dijo...

Encontré el periodico por casualidad y me fue imposible dejar de leer palabras tan sencillas y llenas de imagenes, hablando de lo humano y lo divino al alcance de cualquiera.
Agradezco a su familia y amigos la valentia de publicar las cartas, correos y pensamientos de Marta. Tengo 34 años y creo que muchas de sus palabras coinciden con mi experiencia vital, me siento identificada y por eso mismo apenada al conocer el final de la vida de Marta. Estoy deseando leer el libro.

F. Javier Payán Somet dijo...

Hace cuatro años, a nuestro hijo de 20 le diagnosticaron un linfoma de Hodgkins. Por lo tanto, cuando el domingo pasado leí el artículo en un avión que me trasladaba a Roma, sentí que algo de mi vida estaba en esos renglones que me hicieron llorar.

Los amigos, los de nuestro hijo y los nuestros, fueron los únicos que nos permitieron hacer llevadera la angustia y la pena que nos recorría todos los días en esas largas sesiones de quimioterapia, en las que veía que la vida de nuestro hijo era arrebatada por un veneno que, paradójicamente, podría curarlo.

Hoy, cuatro años más tarde, hemos sentido de nuevo la alegría. Nuestro hijo se curó, pudo terminar su carrera y ha recibido la noticia de que podrá continuar sus estudios cómo y dónde quería.

¡No sabéis cuánto nos agradaría que compartiéseis con nosotros la alegría que hoy sentimos! Desde la solidaridad de quienes casi han padecido lo mismo que vosotros, sabiendo que es muy difícil superar la pérdida de un hijo, un abrazo muy fuerte y muchas gracias por permitirnos compartir vuestra vida.

Anónimo dijo...

No sé si no sé navegar por este blog, pero no encuentro ningún extracto del libro (un capítulo, una página, un párrafo) que me permita decidir por mí mismo si vale la pena leerlo...

Anónimo dijo...

la verdad es que la presentación del libro y lo que lei en el país días antes,me dejó sin palabras, sentí a la vez pena y alegría, sensaciones contradictorias, pero me parece un hecho alucinante, creo que Marta era una persona muy especial, por la parte que la conocí aunque no fue demasiado; asi me lo pareció, es de "esta gente distinta" q "a mi me gusta", pero lo que está claro es que su familia también lo es y no lo digo porque sean mis paisanos, de mi "tierruca" , tierra de aroma galletero que a veces tanto echo de menos. Tambien lo digo por esta madre que a pesar de no conocer demasiado me parece una persona "excepcional" con una fuerza increible que sin duda supo transmitir a su hija y a su gente.
Ánimo lo que habeis hecho es alucinante y estoy segura de que a Marta le ha encantado esté donde esté

Anónimo dijo...

Soy una librera que cumple 30 la semana que viene. Llevo un par de tardes leyendo parrafitos del libro de Marta, y me ha hecho pensar tanto que he acabado desbordada y con ganas de decirle a todo el mundo las cosas que nunca les digo. Gracias por el libro.

Anónimo dijo...

Leí las cartas en el periódico, y una semana después fui a por el libro. Estoy ahora, en la terraza de mi casa leyéndolo mientras escucho música. Y suena “Con qué la lavaré”, una canción del siglo XVI que oí en un precioso cortometraje del mismo título dirigido por María Trénor. La canción tiene sólo cuatro versos:

Con qué la lavaré, la flor de la mi cara?
Con qué la lavaré, que vivo mal penada?
Lávanse las casadas con agua de limones.
Lávome yo cuitada con penas y dolores.

A Marta le gustaba el cine y la música. Vaya esto en su recuerdo.

Holden dijo...

El libro lo compré en cuanto pudé... y en la primera página ya me había enganchado.
Hacía tiempo que algo escrito no me hacía ver las estrellas.
Llevo 7 días que no termino de ubicarme, exactamente desde que empece a leerlo.
Me ha dejado tocado.
Y pienso, ¡ ojala, hubiera conocido a marta!..
Y luego, me digo.. seguro que tienes tus "martas" alrededor..
Hay que buscarlas, cuidarlas, y regarlas.
Simple, y complicado. Pero también bello.
Como el libro.

fernando dijo...

Hola José María,

Regresé el domingo una vez más de tierras asiáticas cansado y débil. En mi último trasbordo deambulé por el aeropuerto de Barcelona hasta que entré en una librería y allí estaba... El corazón se aceleró de la sorpresa y las manos empezaron a sudar como el que se reencuentra inesperadamente con alguien muy especial. Me he reído a carcajadas, he llorado desconsolado, he conocido a una niña que aunque intuía nunca llegué a conocer, he entendido mejor nuestra relación y que función cumplía yo dentro de ese complejo mapa emocional, he rememorado un parte esencial de mi pasado dentro de un colectivo en el que todos de una forma u otra seguimos entrelazados... pero sobre todo y lo más importante me he sentido acompañado y abrazado a Marta de una forma muy intima.

Millones de gracias y abrazos a todos los que habeis trabajado activamente en este maravilloso regalo.

Fernando

P.D. Ayer de la emoción llamé a Maria y aunque ya empezamos a marujear un rato nos supo a poco y hemos quedado un día para tomar un café. Te agradecería que le pasases las cartas y el libro que te presté.

Anónimo dijo...

Conocía a Marta. Ayer terminé de leer el libro. A pesar de saber como terminaba, por momentos pensé que no iba a ser así por su gran optimismo y fuerza. La realidad volvió a ser dura. Está claro que nos hace valorar las pequeñas cosas pero sobre todo a las grandes personas. Me ha encantado.
Gracias Marta por dejarme formar parte de tu historia.

Madian dijo...

Querida Marta: Esta noche he visto a tu padre en TV hablar de ti, de tu libro, y me ha tocado el corazón. No conocía su existencia, pero ten por seguro que lo leeré. No en vano perdí a mi primer amigo cuando tan sólo tenia 10 años de edad, precisamente el día de mi cumpleaños. Mi mente de niña entonces se hizo mil preguntas y aún hoy se las sigue haciendo, ya que bastantes amigos se quedaron en el camino debido al cáncer y todos ellos, al igual que tu son y han sido ejemplo de lucha, de coraje y de vida. Tal vez si aprendiesemos de ellos, de ti, veríamos las cosas desde otra perspectiva, valoraríamos mucho más las pequeñas cosas y el mundo quizá sería de otra manera...

Anónimo dijo...

Querida Marta, no puedo, todavia, leer tu libro.Cuando la herida que tengo en mi corazón deje de sangrar un poco, lo haré. Te lo prometo.Estas despedidas prematuras, que rompen el orden que establece la naturaleza, son muy difíciles de llevar. Sobre todo cuando ocurre lo de siempre: que los mejores se van antes.

Anónimo dijo...

Sentido Peridis, lamento mucho lo que estás pasando. Soy palentino, mi padre de Alar del Rey, y he descubierto que comparto con Marta la cómplice circunstancia de que siendo mi padre de Alar, pegado a Aguilar, y mi madre de Llanes (pegado al Celorio donde veraneaba) parece que el destino nos haya unido a disfrutar dos parajes tan sensacionales como la Montaña de Palencia y el definido Cántabrico de Llanes.

Estoy conversando con tu hija mientras leo sus cosas, mientras descubro que era cariñosa, generosa e insegura, humanamente débil, que es como deben ser las grandes personas. Me he reído mucho con la anécdota de la profesora de Yoga (se lo he tenido que leer en voz alta a mi mujer), y con la de la peluquera, pero de las sonrisas he navegado a un mundo lacrimal asomado a mis pupilas cuando he ido sintiendo como puñales esos correos en donde la muerte se entrometía en la caligrafía luchando contra semejante vitalidad.

El libro refleja un mundo íntimo universal que puede ser compartido, representa los millones de universos que todos tenemos y que siempre llevamos con nosotros. Pero también es un canto poderoso a la amistad, Marta tenía en la libreta del Banco de los Amigos un crédito interminable y desde la amistad supo socializar su vida. Sus alegrías y sus penas, ese David que era un camino equivocado o ese Manuel que lo fue acertado, y supo al fin socializar la pena última que traía una despedida. Es una preciosidad de mujer y la llevo conmigo. Este verano en Llanes echaré una flor al mar en su memoria. Lo prometo.

Anónimo dijo...

A través de una entrevista de Peridis conocí de la existencia del libro. Cuando terminé de verla pensé, tengo que conocer a alguien tan maravilloso y en la primera oportunidad compré el libro. Ha sido toda una sorpresa, me ha ayudado a abrir mis ojos ante la importancia de disfrutar cada instante. Sus ideas y comentarios me han hecho reír, soñar, llorar y sobre todo sentir que la vida no me haya permitido conocer a una persona tan especial, tan vitalista. Creo que habríamos sido buenas amigas, y quién no hubiese sido amiga de Marta?!!!. Por eso a vosotros familiares, amigos, Manuel, que habéis podido disfrutar de ella, gracias por permitirnos poder disfrutar un poco de un espíritu tan bueno y mágico

Anónimo dijo...

Creo que sólo llegué a ver a Marta una vez. El día de la boda de su hermana María. El día en el que todos acabamos llorando con sus palabras... Quién iba a imaginar que volveríamos a hacerlo tan poco tiempo después.

Por mi relación con María, viví durante un tiempo de cerca la estrecha comunicación que había entre las dos hermanas. Todo el día en el messenger, por teléfono… María siempre tenía presente a Marta en cualquier conversación y recuerdo que eso me llamaba mucho la atención. Me daba envidia su relación tan especial, tan cercana, tan sincera…

Leyendo el libro me he dado cuenta de que en realidad Marta hacía que TODAS sus relaciones fueran especiales. Y no sé si era porque elegía con cuidado a la gente de la que se rodeaba o si más bien tenía el don de descubrir en cada persona los valores que encajaban con ella.

En cualquier caso, esa es la moraleja que me llevo de su libro y la enseñanza que, desde el día que acabé de leerlo, intento no olvidar: la importancia de disfrutar intensamente de las personas que tenemos a nuestro lado y de hacer lo posible para que cada relación, cada persona y cada momento compartido con cualquiera de ellas sea algo intenso, algo único, algo especial… Eso sí que verdaderamente merece la pena y eso sí que hace que la vida tenga un gran valor. Gracias Marta por recordárnoslo. En ello estoy.


PD: Mil besos a María, mi “de nuevo” compañera.

Anónimo dijo...

Querida Marta, ya tenemos tu libro en casa. Cuando vuelva del viaje a Finlandia,donde esparciremos en uno de los increibles lagos de la ciudad de Tampere las cenizas de mi hijo, empezaré con su lectura, para seguir conociéndote mas intensamente. Me ha emocionado profundamente ver que hay un amigo común, tuyo y de mi hijo, que se llama Cesar y que ha dejado un comentario precioso en el blog de Juanlu.

Carmen dijo...

El libro me ha conmovido, lo compré despues de ver una entrevista en TV, con Peridis. Anoche terminé de leerlo, ha sido una inyección de vida, un abrazo a todos los que disfrutaron de Marta, yo he sentido envidia de todos los que la conocisteis y disfrutasteis de ella. Estoy haciendo algo similar pero no lo termino, sobre mi marido, que falleció hace nueve años de repente, y era muy especial.He sentido mucha energia y ganas de hacer muchas cosas. Un beso muy fuerte a sus padres, Maria, Manuel, y a su amiga Marga, que seguro estarán las dos juntas.

Anónimo dijo...

A mí también me sobrecogió Marta en esos fragmentos que publicó el País. En momentos difíciles en los que la temida enfermedad ha vuelto a entrar en mi familia, me quise sentir cerca de ella. El libro me ha emocionado, enternecido, me ha hecho sonreir, llorar y, sobretodo, aprender a valorar todo lo que tenemos y olvidamos cuando la salud nos acompaña. Amaneceres, discos, viajes, amigos, un té... una charla. Me encanta como terminaba sus mails. Su humor y su amor y, sobretodo, el extraordinario sentido que le dió a cada minuto de su vida. Me hubiera encantado ser su amiga. Y he pensado mucho mucho en María y en lo sola que se debe sentir. Todo mi cariño para tí. Marta ha hecho que quiera ser mejor persona, que viva cada momento sin olvidar lo que he aprendido y a ser fuerte y dar mucho amor a mi gente en estos momentos.
Gracias por todo. Felicidades Paloma y José María. VAya hijas.

Anónimo dijo...

Lei una reseña del libro de Marta y me falto tiempo para ir a por él. Su lectura me ha impactado y emocionado desde la primera página, quizas porque sus aficiones y cariños son muy parecidos a los mios , entre otros, también tengo un labrador que es el rey de la casa y ademas soy palentina.

Anónimo dijo...

Leí el artículo en el país y en cuanto pude compré el libro. Desde entonces me acompaña a todas partes, lo leo a poquitos, apreciando cada carta, cada párrafo. No sólo me acompaña a mi, se lo he regalado y recomendado a varios amigos, y ahora Marta forma parte de nuestras vidas.
Muchas gracias por compartir estos escritos con nosotros, por dejarme leer sus sentimientos, sus sueños e ilusiones. Me hace comprender que aunque no los expresemos, todos tenemos parecidos miedos, dudas, y estoy aprendiendo a aprovechar cada momento y compartirlos con la gente que tengo alrededor.
Muchísimas gracias por dejarnos conocer a Marta. Muchas gracias Marta. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Llegué hasta aqui a través del blog de Juanlu; siguiendo la estela de un cometa. Ambos blogs son testimonios impagables para acercarnos a personas verdaderas, que vivieron intensamente y cuya huella caló tan hondo en la gente que se convirtieron en cometas que dejan una estela enorme tras de si; abrigando de alguna manera el corazón de los que quedan atrás. Personas así nos acompañan para siempre en el recuerdo, en el corazón y en la convicción de que darlos a conocer ayudará también a otras muchas personas.
A sus familias solo decirles que espero transmitir a mis hijos la misma educación, ilusión y cariño que supieron inculcarles ustedes a los suyos y que han convertido a Juanlu y a Marta en seres extraordinarios.
A Tampere y a Peridis asegurarles que siempre estarán arropados por ellos y por los que quedamos porque recogemos lo que se siembra.

Anónimo dijo...

Ayer conoci a marta a traves de sus palabras. Hoy he necesitado buscar mas informacion sobre ella y su padre y he llegado aqui. estoy llorando y riendo con ella y sus amigos. ¡que dolor tendran todos! marta ,que para mi es el nombre mas bonito del mundo, mi hija es tambien marta.
Abrazos profundos a paloma y a jose maria, abrazos rojos, azules y amarillos.
maria: tu hermana te adoraba quedate con lo feliz que le hacias cuando hablaba contigo.

gonzalo g dijo...

Compré el libro nada más ver el artículo aquel domingo en El País. Comencé a leer, a reir, a disfrutar. No podía parar... Pero lo aparqué un tiempo, me dió miedo seguir. El viernes lo volví a coger, y he leído sin pausa hasta que lo he termiando esta mañana. He llorado mucho, mucho.

Nací a finales de 1973, como Marta, y si bien soy varón (y ella era muy mujer), he recorrido mi vida a través de las cartas de Marta. Recuerdos compartidos, miedos parecidos, gustos similares. Reconocía en sus palabras mi pasado, y el de una generación.

Luego he buscado en la red, y aquí estaba el blog, y todos los que en él han participado, y participan. Felicidades a Peridis por su hija, por su familia y amigos. Felicidades a María, porque lo que Marta transmite de ella es amor sin límites.

Y gracias, gracias por darnos la oprtunidad de conocer a Marta a través de la propia Marta. La vida es hermosa, y jodida. Es la vida, y MArta nos enseña a querer seguir en ella, a compartirla, a exprimirla.

Gracias de verdad.

Anónimo dijo...

(comentario recogido de una sección borrada)
Ha sido un libro que me ha hecho reflexionar sobre muchas cosas y me ha infundido fuerzas para disfrutar el día a día. Gracias a la generosidad de la familia de Marta, por dejarnos entrar de puntillas en sus vidas. Creo que el objetivo lo tienen cumplido con creces. Marta era una persona que se merecia todo nuestro reconocimiento.
16 de julio de 2007 8:26

Anónimo dijo...

Todavía no he terminado el libro, pero no he podido resistir la tentación de buscar más y he encontrado este blog.
Comparto con Marta el haber estudiado también forestales aunque unos 4-5 años antes que ella, encontré el libro y empecé a leerlo sin que nadie me lo recomendara y creo que es el mejor libro que he leido nunca (y todavía me falta disfrutar porque no lo he terminado).
Mención especial al cuento sobre la tierra y su defensa del defenestrado pino, pocas personas en tan pocas lineas pueden expresarlo mejor.
Gracias a todos los que han hecho posible su publicación.
Gracias Marta por existir y dejar todavía un halo de esperanza el el ser humano tala como estan los tiempos

Anónimo dijo...

hola,
somos unas estudiantes de universidad de madrid y estariamos interesadas en un resumen breve del libro y la descripcion de los personajes porque nos gustaria compararlo con el nuestro y realizar una exposicion para el proximo año.porfavor una respuesta a nuestro email estudiantes19@hotmail.com

Anónimo dijo...

somos el anonimo de antes nuestro nombre es maria y sandra si alguien nos puede facilitar su propio resumen escriban a estudiantes19@hotmail.com o al 628031882 por favor estamos esperando su respuesta antes del uno de 15 de agosto sera un recordatorio para marta perez martin ya que se merece todo y mas nos a encantado el libro

Anónimo dijo...

Me resulta difícil expresar con palabras la sensación de identificación plena con Marta en su manera de observar , sentir, vivir y afrontar la vida. Y a medida que he ido conociéndola más en la lectura, me ha resultado más difícil no emocionarme. He llorado por no entender su pérdida (como decía Marta: he llorado por su muerte, por las muertes (...), he llorado por vuestro sufrimiento, he llorado por la locura que es vivir, por lo insignificantes que somos y por lo difícil que es aceptarlo, y no soportaba cada vez que oía resignación!
Gracias a Marta, gracias a su familia y amigos por regalarnos esta libro al que estoy segura que recurriré en más de una ocasión.
Maite Unanue

Anónimo dijo...

No sé explicar todas las sensaciones que me ha hecho y me sigue haciendo sentir el libro de Marta. Lo descubrí por una entrevista de S. José a Peridis, su padre, me estaba enganchando tanto lo que contaba que, al día siguiente, mi marido, que se había dado cuenta e intuía lo especial que iba a ser el libro para mí me lo trajo de regalo por sorpresa.
Yo soy del mismo año que Marta, 1973, y desde el principio del libro, todo me parecía familiar, sensaciones que yo habío vivido de igual forma o parecida pero expresados de una manera tan delicada, tan poética. Me parecía estar releyendo cosas de mi pasado, a pesar de tener una vida muy diferente a Marta, había algo que me conectaba a ella. Me dispuse a leerlo en pequeñas dosis, saboreando cada día el ratito que le dedicaba, queriendo avanzar sin parar y resistiéndome a la vez, para alargar el momento de llegar a la última página.
Creo que este libro ha removido algo muy fuerte dentro de mí. Considero a Marta mi amiga, es como si la conociera desde hace tiempo, he pensado en ella a menudo durante las tareas del día a día, he imaginado qué seguiría descubriendo sobre su vida en las páginas que me quedaban por leer, hasta guardar las últimas 50 páginas para saborearlas en un sitio especial, este fin de semana, en la playa, frente al mar, antes de la puesta de sol. Intuía que me iba a doler el final, el final de Marta, de ese ser excepcional. Qué injusta la vida, alguien que la vivía con tanta intensidad, sacando tanto de todo detalle, con tantas expectativas, tanta gente a quien hacer feliz con su modo de ser y vivir. Me llevaba a pensamientos injustos, en cierto modo, porque nadie merece morir tan joven pero menos aun quien disfruta tanto la vida y le sabe sacar tanto partido.
No sé si es María, su hermana, la creadora del blog, imagino que toda su familia maravillosa, contribuirán en él. Os doy las gracias por la idea del libro, por dejarme conocer a Marta, por sentir que la quiero, por esperar conocerla algún día allí donde todos nos reunamos al dejar este mundo. Este libro es regalo obligado para todos mis amigos, quiero extenderlo allá donde pueda para que todos se sientan igual de afortunados, conmoviéndose con sus páginas, riendo y llorando con él.
Gracias, gracias, gracias, mil gracias. Sentid que sigue viva en muchos de nosotros, anónimos que quizá nos cruzamos algún día paseando por Madrid con ella.
Ánimo y sentíos fuertes, orgullosos y felices por haber disfrutado a Marta, seguro que os sigue transmitiendo desde donde esté. Sus sentimientos nos unen a todos en una gran familia, yo me siento parte de ella.
Todo mi amor y gratitud para vosotros.
Belén, 30 de julio de 2007.

Fernando Pamos dijo...

A raiz del libro de V.Frankl, "El hombre en busca de sentido", vuelvo a citar a Marta en mi blog. Fernando Pamos.

Anónimo dijo...

Hace tres días que terminé el libro y no puedo más que recomendarlo a todas las personas que se cruzan en mi camino. Me he sentido tan cercana a Marta que los escalofríos no paraban de sucederse...

Quería, de alguna manera, dar las gracias a todos los que han hecho el gran trabajo de recuperar los textos para que ahora nosotros podamos leer a Marta.

Ha sido una experiencia maravillosa.

Gracias, gracias, gracias.

Anónimo dijo...

Conoci a Marta desde que nací, creo, vivo en la urbanización donde vive su familia, y era y soy muy amigo de su hermano. Hace muchos años que no la veía, pero de pequeño la trate mucho.
Me acuerdo cuando jugabamos en el sotano, y nuestro disfrute se interrupía porque ella debía practicar con el piano, nos quejábamos, pero ella siempre nos reconmpensaba tocándonos la canción de "El Golpe", que nos encantaba, y con la que nos ibamos con una sonrisa en la cara. Me acuerdo del diapasón del piano. Recuerdo que siempre mediaba en las discusiones y riñas entre sus hermanos. Nunca la recuerdo enfadada. Mi último recuerdo es de marcha por el Cuera, en Llanes, hace muchos años.

Anónimo dijo...

Mi opinión es que este maravilloso libro es uno de los que más me ha llegado al corazón y al fondo de mi alma.

Cada vez que me encuentro con algún amigo se lo recomiendo, he comprado ya tres, uno de ellos está de camino de Puerto Rico, con lo que le gustaba viajar a Marta...igual es el primero que llega ahi...y sé que no va a ser el último que regale.

Otra vez, mil gracias a la familia y amigos de Marta, me siento parte de vosotros.

Creo que Marta ha dejado una buena herencia para sus hermanitos pequeños, que la van a conocer profundamente. Lucia te envio un abrazo fuerte, fuerte, y a María, que decir de María, otro para ti, preciosa.

Gracias de nuevo,
Ana

Anónimo dijo...

A menos de cien metros de El Calero, en Aguilar, os escribo para daros las gracias por este maravilloso libro. Acabo de terminarlo y he sentido la necesidad de mostrar mi gratitud con vosotros por tal regalo.
En numerosas ocasiones me he sentido totalmente identificado con Marta, me he reído y sobre todo, he llorado. A pesar de esas lágrimas, lágrimas conocedoras del desenlace final, el libro me parece toda una lección de entereza,de principios, de personalidad y sobre todo,de vida.
Fue capaz, con un estilo directo, sencillo, claro y con una fuerte carga literaria, de expresar todos esos sentimientos, todos esos pensamientos que en ocasiones no somos capaces de transmitir a nuestros seres más queridos.
Gracias Marta, por ser como fuiste.

síl dijo...

acabo de leer el libro, después de leer una referencia en el blog de una amiga... sabía que iba a llorar... y lo hice... pero no sólo de tristeza... tengo 31 años, he sido siempre una chica tímida, con miedo al compromiso, apasionada por viajar (este año justamente estuve en Perú y tuve muchas de las sensaciones que tan bien describe marta)... a toda la familia, gracias por mostrarnos lo más íntimo de marta, su sensibilidad, su fuerza, su optimismo, sus ganas de descubrir el mundo... ese mundo de pequeñas cosas, que tanto reclamamos algunos...
un abrazo muy muy fuerte a todos

Anónimo dijo...

hace tiempo que leí el libro...pero hasta ahora no he tenido fuerzas para escribir aquí, en su blog, en su mundo paralelo que su familia ha creado.
Me quedé de piedra el día que supe que Marta había fallecido. Lo escuché en la radio mientras desayunaba, y me faltó el aire...sabía que estaba enferma, pero siempre pensé que se pondría bien, era tán fuerte y vital...
Gracias a ella conocí Caí y a disfrutar de Niña Pastori. El amor por Pearl Jam ya lo traía de serie y lo compartimos ;)
Me gustó aparecer en el libro sin aparecer, cuando "alguien" le dijo a Marta que se veía muy guapa a su vuelta de Perú y es que el amor le sentaba muy bien. Me alegro de haberla conocido, de haber compartido con ella momentos felices y son los que me quedo. Qué bueno haber disfrutado de un té con alguien como ella! Gracias

Anónimo dijo...

Me enganché viendo la entrevista entre el periodista de CNN+, San José, y Peridis. Era como una confesión de sentimientos entre dos amigos. Enseguida conseguí el libro.
Soy de la generacion de Marta y muchas de sus experiencias las hemos vivido aunque nunca las hubiera podido explicar como ella lo hizo a traves de sus cartas. Desprende vitalidad, amistad y eso tiene un reflejo en mí, porque desde las primeras páginas llevo un sentimiento que me empuja a ser mejor con los que me rodean.
Gracias Marta.

Anónimo dijo...

Ufff!!! Anoche, de madrugada, terminé de leer el libro de Marta y hoy he amanecido con el corazón “partío”. Magistral, soberbio, sublime. El mejor libro que, sin pretender ser de autoayuda, eso creo, he leído en mucho tiempo. Es más, creo que debería estar incluído en el recetario de los Doctores para que todos lo leyéramos por prescripción facultativa; algo así como la panacea para mentes frágiles y pesimistas, una vacuna anti-amargura que diría Martuchy, ya que este relato desprende grandes dosis de positivismo, entusiasmo y ternura. Vamos, la competencia más feroz de la Amoxicilina.
Lo terrible del asunto es que se trata de un testimonio real, sabemos el desenlace y leyendo la última parte, se forma un nudo en la garganta imposible de dominar pero todo aderezado de coraje, mucho coraje:”Hay que apretar los dientes y luchar” se decía una Martuca inasequible al desaliento cuando se sentía acorralada por ese INJUSTO mal. Lo realmente admirable es que aún en esos terribles momentos una Marta solidaria seguía pendiente del bienestar de los demás, como lo estuvo toda su efímera pero intensa vida. Por algo recibió tanto cariño. Imagino lo perdido que se habrá sentido Manuel con su ausencia y lo desconsolada que estará su Lucy del alma.
No me extraña que su padre, en esa fase final, “asaltara” el “Horno de San Onofre” en busca del bizcocho más rico para su Martuca. Que su madre la mimara como a un bebé, respetando incluso sus horarios de comida y descanso y que su ejemplar hermana María, decidiera, por voluntad propia, dejar su trabajo para cuidarla. Digo yo que algo mucho bueno tuvo que haber aportado esta adorable criatura para recibir tanto.
El libro en sí es una oda a la amistad. Qué tenacidad la de Marta por mantener contacto continuo con los que más le importaban, que eran muchos, por cierto. Y sobre todo, qué gran lección nos ha dado a todos. Aún cuando estaba bajo los efectos devastadores de la quimio, era capaz de sacar su innato sentido del humor: “Aquí Marta, con un ojo a la virulé”.¡¡¡ Qué fuerteeeee!!!
Podría pasarme horas y horas contando todo lo que me ha aportado esta lectura. Ese “papá de mis amores” que repite decenas de veces no tiene parangón; el verbo querer conjugado de mil maneras hacia todos los que tuvisteis la suerte de disfrutar de su presencia. Probablemente me convierta en una transgresora, lo digo por la largura de mi relato. Les pido perdón pero cómo resumir la genialidad de una persona en el mínimo espacio porque ¡¡¡MARTA ERA…. MUCHA MARTA!!!
Pues eso, que “el libro de las piedras de colores” será a partir de ahora mi libro de cabecera, que lo releeré cada vez que tenga un bajón. Escucharé música “chill out”, tipo Enya, por ejemplo y soñaré, soñaré que Marta sigue con nosotros y en cierto modo así es gracias a los que habeis tenido la genial idea y os habeis decidido a publicar esas cartas.¡¡¡Qué legado más exquisito nos habeis dejado!!!
¡¡¡Ah!!! Un hurra por el azar, gracias a él me enteré de la existencia de este relato, otro hurra por la lengua de Cervantes y otro más por el Sr. Gutemberg, gracias a ambos hemos podido comprobar el talento literario de nuestra Martuchy y para los que adoramos la Sintaxis, ha sido un verdadero placer seguir sus andanzas, aunque haya sido hipotecando horas de sueño.
Una última petición; Martoli: como estoy segura que al Cielo también llega el ADSL, dile “al barbas” que te deje un portátil y sigue deleitándonos con tu escritura. Con lo creativa que eres, algo se te ocurrirá, seguro. Algún día lo leeremos todos.
Quiero felicitar a su familia, imagino que os habreis “jartado” a llorar confeccionando el libro (otros lo hemos hecho leyéndolo) pero creédme que ha merecido la pena. Se lo daré a mis hijas para que lo lean, estoy segura que este libro pasará de generación en generación.
Repito: Thanks you a todos los que habeis contribuído a publicar este relato y a ti, Martuchy, un fuerte, fuerte abrazo. ¡¡¡HASTA SIEMPRE!!!

Montserrat Ruiz Cecín 5-11-2007

Tu fan más incondicional.

Anónimo dijo...

Sólo decir gracias a los familiares y amigos de Marta por hacernos parte de su mundo. Una persona con una sensibilidad especial. Y como bien dice ella: "la vida está hecha de pequeñas cosas que no nos damos cuenta de que las tenemos o que las disfrutamos hasta que no las tenemos".¿Qué mas se puede pedir?
Me he sentido muy identificada con ella, por vivencias, experiencias, quizá porque vivía en donde yo vivo. Os mando un abrazo muy especial, me he emocionado de verdad.

Anónimo dijo...

Apreciados,
Acabo de terminar el libro, hace apenas media hora. Las más de trescientas hojas han sido leídas en menos de una semana. Hoy, sin ir más lejos he llegado tarde al trabajo porque anoche estuve leyendo hasta MUY tarde y claro, me he dormido. Es más, para más señas me empecé el libro el 28 de diciembre (fecha de su último escrito aunque dos años más tarde). El libro me llegó GRACIAS a un compañero de trabajo. Él me lo dejó, Marta conectó con él por su pasión por sur-américa, por viajar... Marta conectó conmigo por su valor a la amistad, por sus "tés con menta", por su pasión por pisar hojas secas en otoño. Cada uno a su manera.
No es el primer libro de ésta índole que leo (Por ejemplo, Te lo contaré en un viaje, Carlos Garrido), pero éste, el de Marta, no podía ser más autobiográfico, ni más sincero porque ¿qué iba a imaginar ella que sus escritos formarían parte de una "novela"??
He hecho un recopilatorio de todas las películas y libros que recomienda o nombra. Me gustan las recomendaciones, es una debilidad.
Marta me ha animado a volver a contactar con aquellos que he ido dejando atrás, primero por dejadez, luego por vergüenza. Me ha animado a escribir como vía de escape de nuevo.
Para mí, como para muchos de vosotros Martuqui, Martona, Martita, la aventurera y la viajera está aquí. Alguien dijo que nadie muere mientras una sola persona la recuerde. Hagamos de esta bola de nieve más grande, podéis contar con mi difusión y mi apoyo.
Mis recuerdos a todos sus familiares y amigos, que han sido tan bien retratados en el libro que me da la sensación que los conozco sin haber cruzado una palabra con ellos en mi vida.

Javier Muñoz dijo...

Mi libro favorito. Lo compré en Salamanca el día que salió a la luz. El reportaje del diario el país me lo dió a conocer.
Hoy es mi libro de mesilla. Ya lo he leído y releído y cuanto más lo leo más aprendo.
Yo también estoy enfermo y conozco el sufrimento de la vida, pero mi libro favorito me ayuda en momentos difíciles.
Gracias Marta.

isa dijo...

No se quien será el destinatario de este comentario. Solo escribo para agradeceros cuánto ha significado el libro de Marta para mi. Hace un año y medio viví una (mala) experiencia similar. Se me diagnosticó un cancer de estómago y el libro de Marta me ha hecho revivir situaciones que me resultaban muy familiares. Como a Marta, mi familia estuvo todo el rato apoyándome y mimándome y ello me ayudó mucho para pasar tan difícil trago. Me hubiera gustado tanto que mia amigos y familiares hicieran algo tan bello... Me encantaría que alguien me proporcionara una dirección donde comunicarme con los padres de Marta o con su hermana María. Me ha conmovido tanto el libro que siento la necesidad de agradecerles que me hayan dado la oportunidad de conocer a alguien tan especial como era Marta. Tras la lectura del libro siento muy adentro que me hubiera encantado ser su amiga y destinataria de alguna de sus bellas cartas o correos. Me hubiera gustado viajar con ella, vivir juntas experiencias y compartie secretos. Se nota que era alguien en quien se podía confiar. Una buena destinataria de los secretos que llevo dentro. Ver las tapas del libro hace que de forma inmediata se me humedezcan los ojos y se que, a partir de ahora, este libro será lo que compre cuando tenga que hacer un regalo especial, así que espero que nunca se agote de las librerías o que me informeis de dónde puedo adquirirlo. A la espera de la información solicitada, se despide una amiga en potencia de Marta. Besos.

Anónimo dijo...

Yo estoy queriendo a Marta ahora.

Hoy cumplo 41 años y la echo de menos: la habría querido como hermana, sí. Buscaba la dirección de su padre para dirigirle unas palabras pero encontré este lugar, que es suyo, que es vuestro y me sirve.

Era jueves (hoy es domingo) cuando subí las escaleras de una librería en Gijón: 'Paradiso'. Un título llamó mi atención: 'Una piedra roja, una piedra azul, una piedra amarilla'... Lo tomé inmediatamente entre mis manos porque eso también significa algo para mí. Y sentí una extraña mezcla de emociones, de sensaciones, que me sorprendió porque fue algo difícil, es, de explicar pero algo que tenía Poder. Ni siquiera me di cuenta de que ella era la hija de Peridis; a quien admiro y a quien a través de sus historias del románico tomé aprecio este verano... Son ellos, no sé que tienen, tanta humanidad. Eso es.

Pasee por la playa triste. Había unos cuadernos en mi bolso, los cuadernos de una persona amarga, que no aprovecha la vida y también el mío, que a días lo es y a días es gozo mismo. Me refugié en un café, de nombre el caracol. Y la primera carta que leí me ató más a ella, como si nuestras historias pudieran entretejerse, a partir de ese minuto. Manuel era el hombre, el mismo. Escribo en mi diario en ese café:

'Día extraño, muy extraño. Pero tal como me siento y actúo hoy, así me gustaría que fuera mi Camino. Lo más extraño de todo fue lo que sentí inexplicablemente, cuando tomé un libro cuyo título era: -Una piedra roja, una piedra azul, una piedra amarilla-. Celos, ¡celos! Como lo oyes. Pensé en ti: aquí está la ella de Manuel: linda, intensa, profunda, comprometida, pianista... Pero saber que tengo que irme en unos minutos no me anima a escribir. He quedado con I. para comer juntas, en un chino. ¿Sabes? Cuando llegue a Finisterre, porque sé que lo quiero conseguir, ya sé lo que quemaré. Mi brazalete azul turquesa. Hasta ahí sé que quiero conservarte como una esperanza. Ya sabes, eso que significa para mí el día que simbólicamente me casé.

Aquí leo unas palabras de Marta Pérez Martín al azar... El correo de Marta a Manuel habla de un chino (nueva coincidencia) al que fue a comer con su hermana María, al que suele ir con su padre. Vacío lo encontró, por el miedo... Finaliza TE NECESITO SIEMPRE.

Siempre...'

Y desde entonces mi diario y el suyo discurren juntos. Y ahora he llegado al punto en que me siento feliz por ella, porque por fin ella es Feliz. El amor la acompaña. Y Perú, las montañas... también son un vínculo... Os dejo. La Muerte es un hecho pero a veces una siente que la muerte ha perdido la partida. La magia de la vitalidad de Marta se extiende hoy domingo a través de mi vida. Y recomiendo esta lectura, que es más que eso, a cualquiera que un día quiera encontrarse con algo tierno, entrañable, sentido, Emocionante, con el carácter y la impronta de un individuo. Hermoso. Sencillo. Radiante. Pleno y a días y momentos sublime. Sonrisas con los colores de aquellas casitas de San Cristobal de las casas y abrazos como bosques de quinoas. Esencia misma, que lindo .~)

* Esta foto...

...es de un sitio maravilloso entre los acantilados del mar Cantábrico y las montañas de Asturias, que tanto quería Marta. Pintamos tres piedras con los colores rojo, azul y amarillo, y las dejamos allí la mañana en la que esparcimos sus cenizas.

La idea del libro

La idea del libro, indirectamente, fue de Marta. Ella comenzó a dictar, en el hospital, lo que iba a ser una novela más o menos autobiografica. Solo le dio tiempo a dictar el principio a su madre, y el final, a su novio. El resto lo dejó incompleto... o eso pensamos al principio, hasta que después de que surgiera la idea de juntar sus cartas, emails y sus diarios nos diéramos cuenta que ya había narrado poco a poco, la totalidad de su vida. Al principio sólo queríamos editar unos cuantos ejemplares para la familia y amigos, para poder conservar su memoria y así recordarla en toda su esencia. Lo que en ningún momento se nos pasó por la cabeza fue que nos íbamos a encontrar un libro que teníamos que compartir. Y éste es el resultado.

El porqué del título del libro

“Una piedra roja, una piedra azul, una piedra amarilla” es la frase con la que Marta había pensado terminar un relato sobre su vida. Estas palabras tienen sentido a través de una anécdota que su amiga Jara nos contó algún tiempo después de que Marta nos dejara. En unas vacaciones que compartieron en la playa de Lagos (Bueu), se divertían observando las figuras que las piedrecillas de colores formaban al adherirse a su piel. Para Marta esto era una metáfora de cuánto nos puede hacer disfrutar algo tan sencillo, que como tantas otras cosas en la vida, pasan fácilmente inadvertidas. Esto es lo que, en definitiva, intenta transmitir el libro: una oda a las pequeñas cosas.

(la foto es de las sandalias de Marta en la playa de Lagos)

Las palabras de:

JOSÉ SARAMAGO

Estas páginas son un retrato moral. Publicarlas es el mejor homenaje que se le puede rendir a ese ser humano realmente excepcional, realmente extraordinario, que se llama Marta Pérez Martín. A alguien que ha callado para siempre, este libro le ha restituido la voz, y no solo la voz, también una otra forma de presencia, una memoria activa, casi una respiración. La mujer que escribió estas cartas no era una persona común. No llegué a conocerla en vida, la conozco ahora. Sé que volveré a leer lo que Marta escribió durante su enfermedad: pocas son las veces que nos encontramos ante un ejemplo tan cabal de valentía y de dignidad.

JOSÉ LUIS SAMPEDRO

Marta vivió con prisa para vivir mucho y ardió en una llama que sigue iluminándonos. Entre miedos y audacias avanzó sonriendo imperturbable, conquistando altas cumbres y afectos verdaderos. Siguió sonriendo mientras el dios de sus amadas montañas se la llevaba más allá de las cumbres.

ANDRÉS TRAPIELLO

Decía Cervantes: “lo que se sabe sentir, se sabe decir”, y sentido y vivido está este libro como pocos. Todo su misterio es la naturalidad con que está escrito. Su naturalidad y su fe en la vida. O sea, su hondísima alegría.

ALFREDO CONDE

Ayer por la noche comencé a leer el Diario de Marta y conmocionado por su lectura dormí soñando con él. El texto descubre a un ser humano excepcional. Por los valores que transmite, entre ellos el literario, debéis editarlo, debéis editarlo para más gente que para vosotros.